top of page
IMG_0834.jpeg

Luis Enrique 🌻

De mi,

Para mi:

 

Hola, guapo.

Han sido días difíciles. Solo tú sabes la profundidad de tu vivencia. Hay un cúmulo de memorias que te alegran, otras tantas que te duelen… y todas ellas, con gran amor, conforman quién has sido y quién serás por siempre.

 

Gracias por no darte por vencido, por seguir adelante —como siempre—, y, sobre todo, por haberme escuchado, por hacerte presente y consciente.

 

Sé que parece la mitad del camino, se siente desfallecer… y como el fuego que arde en cada parte de ti, unificado, espera un renacer: fuego proveniente de la luz chispeante en el fondo de las cenizas que hoy ves, agradeces y vives.

 

Sí: recordando el dolor y la alegría, sonriendo por el gran aprendizaje obtenido; transformando para fluir… y { Ser }.

Luis Enrique 

Con total honestidad, solo encuentro tres palabras al tratar de “responder” ¿Quién Soy?

Un Ser Humano.

 

Describir quién he sido es “sencillo” de responder: basta con recurrir a mi memoria para profundizar en cada recuerdo, fotografía, video, conversación, fecha o cualquier símbolo que detone en mí una “respuesta”, acompañada de una emoción única, irrepetible y profunda.

 

Así mismo, en mi memoria yace un inconsciente, menos “sencillo” de acceder; lleno de patrones, creencias, “olvidos” e incluso símbolos permeados también de emoción.

 

En resumen: un cúmulo de vivencias —conscientes e inconscientes— que determinan mi existencia como un Ser Humano.

 

Dado lo “ambiguo o relativo” que puede parecer mi “respuesta” —vista desde mi habilidad para profundizar y, en su forma polarizada, sintetizar— continuaré con una explicación de mi percepción presente como un Ser Humano, integrando quién he sido.

 

En otras palabras:

No hay un “yo-hoy” sin un “yo-antes”.

Por ende, no hay una respuesta por responder en el presente, al constituir mi presencia la continua, atemporal y finita existencia.

O también dicho:

en este instante, solo soy quien he sido siendo.

 

Por tal motivo, considero sensato “responder” apelando a lo imposible (y antinatural) que me resulta intentar definirme. Y aún así, si debo hacerlo, digo que:

 

Soy un Ser Humano.

 

¿Y qué es un Ser Humano para mí?

Energía. Materia. Mente.

Separados por un “.” como palabras, intrínsecamente unidos en la existencia de un Ser Humano.

 

Entonces, como Ser Humano, en el mundo:

Soy individuo, hijo, hermano, conocido, amigo, compañero, pareja, amante, profesionista, aprendiz, maestro, etc.

Un hombre apasionado, reflexivo, romántico, sensible, alegre, enérgico, polarizado, confundido, cansado, ansioso, soñador, perfeccionista, meticuloso, detallista, exigente, curioso, explorador, creativo y en transformación.

 

Con apertura para vivir: agradeciendo, sintiendo, abrazando, reflexionando, analizando, atravesando, aprendiendo y soltando las vivencias, personas, emociones, sensaciones y todo cuanto llega, elijo, permanece y/o se va.

 

Y toda esta concepción de mí mismo, tan desglosada porque me permite identificarme presente, sí.

Sin embargo, diferente.

 

Mi autopercepción desde otro ángulo:

Un Luis Enrique que se sabe perdido por haberse encontrado.

Que sabe que no hay vuelta atrás, porque reconocerse es más emocionante, doloroso, triste y excitante que vivir sin vivirme,

ver sin verme,

sentir sin sentirme,

escuchar sin escucharme,

buscar sin haberme buscado,

amar sin haberme amado.

 

Y esto se siente aún más complejo conforme pasa cada día:

viviendo en lo cotidiano, fragmentado en mente, separado de mi cuerpo, ignorando lo que me digo a mí mismo a través de mi intuición;

ignorándome al tener una sensación en mi cuerpo;

priorizando mi mente “consciente”, “racional”, “estructurada” y “controlada”,

deseando domarla como si fuese el enemigo;

enfocando toda la energía en su adiestramiento,

el fracaso de este,

su repetición y su represión.

 

Una mente insensible en control de un cuerpo desesperado por ser encontrado, aceptado…

todo un reflejo de lo que mi mente espera.

 

Emerge entonces, con mayor claridad, la dualidad:

la división,

la fragmentación

y el mundo exterior,

como le llamo a ese al que pertenecía vivir de forma inconsciente.

 

Viviendo ahora como lucha entre lo externo y lo interno.

Lucha, al final…

viviendo sin vivir.

bottom of page